sábado, 5 de marzo de 2016

Nadie lo sabe No lo anuncian en su camiseta

Nadie lo sabe

No lo anuncian en su camiseta, pero son feministas. Sueñan con un mundo más justo, honesto y feliz para todos. Bailan, luchan… y buscan cómplices

Imagen promocional de Les Salonnières.
Un insospechado día, el hombre con el que salía a bailar me miró con ademán perspicaz y me espetó: “Tú disimulas muy bien, pero eres feminista”. Yo acababa de regresar de Reino Unido y me sentía como una antropóloga atrapada en unshock cultural al reverso. La asombrosa afirmación encerraba dos extrañas claves secretas: que mi aspecto físico y mi personalidad sugerían deliberadamente una impresión equivocada, y que una pelirroja sexy bailando desinhibida no puede creer en la igualdad de derechos.
Conté esta risible anécdota a una pareja de amigos y, para mi sorpresa, me aconsejaron ocultar mi doctorado y mi profesión si no quería espantar a los hombres. Me entristecí tanto que me propuse demostrar empíricamente que se equivocaban. Cuando en fiestas nocturnas me preguntaban por mi trabajo, decía la verdad: soy docente en Teoría de género e investigadora en Sociología cultural; estudio la intersección entre los principales ejes de desigualdad social: género, clase y etnia, y su representación visual mediática. Lo decía como de pasada, sin darle mucha importancia, sonrientes mis labios pintados, provocadores la minifalda y los tacones. Luego, observaba divertida sus reacciones de incredulidad.
La situación era tan tragicómica, que saqué del armario a Dr Soley, mi alter ego performático, y convencí al colectivo artístico Les Salonnières para que fueran mis secuaces en una acción urbana de exhibicionismo artivista. Vestidas de negro, labios fucsias, gafas oscuras, barrio cool, nos abríamos las gabardinas en pleno día para exponer el lema de nuestra camiseta: “Nobody knows I’m a feminist” (Nadie sabe que soy feminista). Misteriosas, sospechosas y autoirónicas, recibimos insultos, halagos, incitaciones a la desnudez y adhesiones de simpatía. Un par de hombres hechos y derechos se asustaron de nosotras y huyeron por un callejón. Casi nos da la risa. Actualmente, la acción forma parte del archivo internacional de performances artísticas Re.Act.Feminism (Berlín), etiquetada como colectividad, feminidad, risa, participación, placer, ritual. Goce y compromiso. ¿Qué más quieren?
Tengan cuidado estos días. Se acerca el 8 de marzo. No se fíen. Las vengo observando en congresos, manifestaciones y discotecas. Se ocultan tras diversos estilos sartoriales; pueden ser hombres, mujeres, o todo lo contrario. Tras su inocente apariencia de normalidad, son personas que creen en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres: igual paga, igual representación, igual consideración. No lo anuncian en su camiseta, pero son feministas. Sueñan con un mundo más justo, honesto y feliz para todos. Bailan, luchan… y buscan cómplices.
Twitter: @patriciasoley

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